Para confirmar lo absurdo de esta creencia debemos primero
tendríamos que pensar en la intensidad,
algo que no tiene nada que ver con la sensación de esfuerzo o saturación muscular, sino con
el porcentaje del peso que estamos moviendo respecto a la
capacidad máxima de esfuerzo.
Para aclararnos: trabajar con un peso que te permite hacer tres repeticiones máximas supone una mayor intensidad que si trabajamos con uno que
permita hacer 8 y mucho más que si nos permite hacer 15.
Evidentemente, si trabajamos a 15 repeticiones,
con series más largas, y menos tiempo de descanso,
la sensación de saturación y congestión muscular será mayor, pero esto nada tiene que
ver con el hecho de mantener la masa muscular ganada mientras pretendemos reducir la grasa corporal.
Las fibras susceptibles de aumentar su tamaño y,
por tanto, las que nos interesa mantener cuando estamos en medio de un plan de pérdida de grasa,
son aquellas con mayor umbral de excitabilidad (IIa y IIx). Es decir,
aquellas que requieren una mayor intensidad para ser activadas. Si aumentamos
demasiado el número de repeticiones disminuimos considerablemente la intensidad, de
manera que corremos el riesgo de no llegar a activar precisamente este tipo de fibras que hemos estado trabajando el resto
del año, consiguiendo que aumente su tamaño.
No llegar a activar una fibra muscular es lo mismo que si no entrenamos, ya
que el estímulo que recibiría esta unidad sería el
mismo. Pasado un tiempo entrenando a demasiada baja intensidad (altas repeticiones)
podría provocar que perdiéramos masa muscular y fuerza ya que estas fibras empezarían
a perder grosor, tono muscular, ergo capacidad contráctil al no recibir ninguna
clase de estímulo.
Además, el entrenamiento a altas repeticiones es uno de los que menor respuesta hormonal provoca disminuyendo sustancialmente el efecto térmico residual dificultando la pérdida de grasa.
En caso de que quieras perder grasa y mantener la masa muscular en el intento no te equivoques, sigue
trabajando entre 6 y 10 repeticiones máximas, exactamente igual que hiciste
durante el entrenamiento de hipertrofia orientado a ganar masa muscular.
El truco no reside en elentrenamiento de fuerza,
sino en la dieta y el entrenamiento cardiovascular orientado a provocar el mayor consumo
calórico posible no solo durante el tiempo que dura el entrenamiento sino también en las horas siguientes.
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