La contractura muscular es
una contracción sostenida e involuntaria de algunas fibras o fascículos
musculares, en la que no existe lesión anatómica. No desaparece con el
estiramiento. No existe limitación de la capacidad contráctil aunque la tensión
resultará dolorosa, si se da limitación clara del estiramiento. En estado de
reposo el dolor es prácticamente inapreciable, aunque ello dependerá de la
gravedad de la contractura. La palpación de la zona afectada también resultará
especialmente dolorosa.
Causas:
La causa más frecuente de la
contractura muscular es la sobreutilización de un determinado paquete fibrilar
en ausencia de la necesaria recuperación. Dicha sobreutilización puede darse,
no sólo en el ámbito deportivo, también en el laboral o el cotidiano pueden
darse situaciones propiciatorias. Esfuerzos de escasa magnitud pero repetidos
con gran frecuencia pueden superar la capacidad de adaptación del músculo.
Aunque cualquier músculo es susceptible de sufrir una sobrecarga, los más
afectados son los trapecios y músculos del cuello, tríceps sural y los
erectores o para vertebrales de la columna.
Posturas forzadas o
incorrectas.
Fatiga muscular crónica,
consecuencia de la hiperactividad muscular.
Traumatismo o contusión.
Fracturas óseas, con la
consiguiente sobreutilización de ciertos músculos para compensar las
limitaciones propias de la lesión que dan lugar a las llamadas contracturas de
defensa.
Asimetrías óseas o
segmentarias de tipo congénito también propician la hipertonicidad de ciertos
músculos, sobre todo los de la espalda.
Pueden aparecer
secundariamente a luxaciones o esguinces, tratándose entonces de contracciones
reflejas de defensa destinadas a inmovilizar las estructuras lesionadas.
Pueden aparecer tardíamente
al producirse una rotura fibrilar, aunque algunos autores advierten que la
contractura puede ser el paso previo a la aparición de la rotura.
Deficiencias y errores en el
entrenamiento, como la ausencia de un calentamiento adecuado o insuficiente.
Recuperación insuficiente
entre sesiones que afectan al mismo músculo. El sueño, la nutrición y la
hidratación son factores decisivos en el proceso de recuperación.
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