Con esta metodología, no sólo no maximizarás resultados, sino que es posible que los reduzcas, poniendo también en riesgo tu salud.
1.- Existe un gran número de disciplinas en las que sus competidores están muy musculados, en ocasiones tanto como culturistas aficionados, y resulta ridículo pensar que algún deporte utilice esta clase de técnicas. Como ejemplo tenemos a los sprinters, jugadores de rugby, o gimnastas olímpicos entre otros muchos.
2.- Una sobreingesta de nutrientes, aunque estos sean de calidad y en la proporción adecuada, no producirá un mayor crecimiento de nuestros músculos que la cantidad justa y adecuada. Tampoco propiciará una mayor o más rápida evolución en el rendimiento. No es posible crear más masa muscular por comer en exceso debido a que el organismo utiliza solamente los nutrientes que necesita. El resto, aunque pueda parecer masa muscular, en realidad es grasa o retención de agua.
3.- Un exceso de sobrepeso, o ganarlo demasiado rápido, genera resistencia a la insulina
4.- En caso de generar la más mínima resistencia a la insulina, te dificultará la posterior pérdida de grasa. Cuanto más engordes más te costará perder la grasa acumulada. Las mujeres culturistas aprenden esto rápidamente, debido a que les resulta más difícil perder la grasa acumulada. Es por ello que sus periodos de volumen apenas cogen unos pocos kilos.
5.- Cuanto más engordes mayor producción de la enzima “aromatasa”, lo que, de una manera simplista, convierte la testosterona en estrógenos. Esto, además de los efectos secundarios que seguro querrás evitar, también disminuye tu capacidad para generar masa muscular.
6.- Engordar sustancialmente afectará al rendimiento de tu tiroides, lo que puede hacer que cada vez te resulte más fácil engordar y más difícil perder esa grasa acumulada. Hay estudios que relacionan el incremento de la grasa abdominal con una menor conversión de T4 en T3, la hormona tiroidea metabólicamente activa y, por tanto, la más importante en caso de querer preservar una correcta función hormonal.
7.- Cuanto menor es tu porcentaje de grasa mejor funcionamiento del organismo, afectando sobre todo a la correcta utilización de los nutrientes. Esto significa que aquellos con menor grasa corporal disponen de sistemas más efectivos a la hora de almacenar las reservas musculares y hepáticas de glucógeno, y regenerar los tejidos dañados mediante el entrenamiento, lo que consecuentemente se traduce en una menor capacidad para almacenar grasa.
8.- Un exceso de peso va a hacer que tu corazón y tus articulaciones sufran más. Cuando, pasado un tiempo, quieras empezar a perder esa grasa y decidas que debes empezar a correr, lo harás sometiendo a tus tobillos, rodillas, caderas y columna a todo ese estrés innecesario, lo que aumentará sustancialmente el riesgo de padecer una lesión que bien podría resultar irreversible.